El paisaje sólo es tiempo;
los pasos, brío reseco,
sin recuerdo del porqué
que lo explica.
Hay algo que riza el cuerpo
dentro de un oropel hueco
de días que se suceden
y cancelan.
La piel encala sus muros,
y en el horizonte límpido
una concertina crispa
toda luz.
Un peso preña los músculos,
adormecidos sin fe
en la obra que ejecutan
por rutina.
Y todo descansa inerte,
colmando estancias vacantes…
ya sin gracia.
los pasos, brío reseco,
sin recuerdo del porqué
que lo explica.
Hay algo que riza el cuerpo
dentro de un oropel hueco
de días que se suceden
y cancelan.
La piel encala sus muros,
y en el horizonte límpido
una concertina crispa
toda luz.
Un peso preña los músculos,
adormecidos sin fe
en la obra que ejecutan
por rutina.
Y todo descansa inerte,
colmando estancias vacantes…
ya sin gracia.
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