SONETO XIX
LUZ DE INVIERNO
Púrpura, mármol, lacre, sello, ley;
el capricho de un césar dicta censo:
en la noche, un carpintero indefenso;
María, encinta; polvo, burro y buey.
Algún pastor y el frío son la grey
que ve a Dios nacer entre paja y pienso;
brindan a sus pies oro, mirra, incienso,
reyes de hinojos por quien será rey.
Ahogan tu risa las sillas vacías,
platea entre tus manos el testigo
que habrás de llevar las noches, los días...
Vuelves tu vista a la luz de Belén:
en el pobre portal se abre un postigo,
y el niño dice: «no estás solo, ven».
No estás solo, ven. Precioso. Muchas gracias. Me encanta.
ResponderEliminarEs guapísimo, Jorge. Ese balanceo en personas y materias entre lo frío, rígido y oficial y la ternura y precariedad de aquel nacimiento, suena a música. El mensaje que pones en boca del niño es la clave de estas fiestas, más allá de las creencias y me conmueve. Muy bello, enhorabuena.
ResponderEliminarUna pluma que escribe como los dioses una poesía maravillosa.
ResponderEliminarJorge , muchísimas gracias me parece precioso quiero que le des un beso enorme a Carolina y que te asegures de que los Reyes la traen todo lo que se merece que es mucho y muy bueno
ResponderEliminarSupongo que a ti te lo tendrán que traer también, porque me consta que también te has portado muy bien este año
1 millón de besos y muchísimas gracias
Una maravilla. Precioso.
ResponderEliminar❤️
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