sábado, 20 de febrero de 2016

XIV. VIENTO DE CEDRO

SONETO VI

No soy muro que erguido permanece;
más sombra que la luz teje o blanquea,
corcho inerte que bate la marea
cuando su puja de sal encarece.

La lucha cotidiana me envilece
y en cobarde mudez cuece su brea,
triste mancha que apenas si desea
que la verdad la saque de sus trece.

Resbalan sobre el títere en la farsa
mil sonrisas que abrazan como lija
y devengan el precio estipulado.

Llevar cadena y bola de comparsa,
ser costra de humo anclada a una valija
donde ansia y tedio están a su cuidado.

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