miércoles, 1 de junio de 2016

XXI. VIENTO DE CEDRO

Llueve sobre los caminos
polvo de piedras cansadas.
Ya espera el lazo de raso,
madura la fina organza
con que la Historia empaquete
nuestro tiempo.

En su mies el sustantivo,
la locución petulante
que nos asigne vecinos
como Roma o el Feudalismo,
que hasta hoy mismo parecían
tan remotos.

Ya ponderados los hitos
guarecidos del olvido,
las actas ignominiosas,
los óbitos de tirano
con que puedan validar
las fronteras.

Presta la laja de tiempo
de nuestra cronología
a la herida del cincel:
hombres fieles a ser hombres
no quisieron redimirse
borrando huellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario