domingo, 18 de octubre de 2015

X. VIENTO DE CEDRO

SONETO V

El sol hinca sus rayos de retreta,
curva de hinojos sobre el horizonte,
en un párvulo intento de remonte
sobre la soga que el ocaso aprieta.

Las nubes, sangre turbia de la veta
que soplo a soplo mana desde el monte,
envidan lastre sin que el viento afronte
su girar peregrino de ruleta.

Pájaros destilados en las cumbres
desploman el volar contra las ramas
como una partitura granizada.

Se funde el día en ágora de herrumbres,
en ese desollarse piel y escamas,
en leve polvo de fe evaporada.

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